Impulsamos la agricultura sostenible a través del AOVE

Los procesos naturales

23.09.20

Con el cambio de hábitos de consumo, aumenta la oferta de productos respetuosos con el medio ambiente y crece el valor de aquellos provenientes de la agricultura sostenible.

Toda una tendencia creciente que ha venido para quedarse.

Ahora bien, más allá de las modas, el cultivo sostenible tiene un gran impacto en la preservación del entorno natural y contribuye a la mejora de la salud de las personas.

Pero, ¿cómo influye la agricultura sostenible en la calidad del aceite de oliva arbequina virgen extra y qué beneficios nos aporta?

Conoce los 3 factores naturales que intervienen en la producción de un AOVE de calidad

A lo largo de todo el proceso de producción del AOVE son muchos los factores que intervienen y que acabarán determinando las características organolépticas y la calidad del aceite de oliva virgen extra.

Pero, en concreto, ¿cuáles son los 3 elementos naturales clave, propios de la agricultura sostenible, que intervienen en este proceso?

1. Mantenimiento del suelo con cubierta vegetal y sin labrado

Contrariamente a los cultivos tradicionales, y para favorecer la biodiversidad del entorno, en los campos de cultivo de l’Antarragó no se labra. De esta manera, dejamos crecer la hierba y no modificamos el hábitat natural de los insectos y plantas que crecen en la finca, que son beneficiosos para el crecimiento de los olivos y, consecuentemente, para su fruto. De hecho, ya son diversas las voces que proclaman los beneficios de no labrar.

2. Uso de compostaje orgánico

En l’Antarragó primamos que todos nuestros olivos se nutran bien del suelo y del sustrato. ¿Cómo lo hacemos?

Con fertilizantes orgánicos de origen ganadero y otros componentes naturales como la paja y las virutas de madera.

Trituramos la hierba y todos los restos de la poda y las añadimos a la tierra para que se descompongan durante el invierno, aportando al suelo todo tipo de nutrientes naturales.

3. Preservación de la biodiversidad

Como ya hemos dicho, para conseguir que los olivos obtengan la mejor calidad posible, no alteramos el hábitat natural de los insectos que habitan en los campos de cultivo, ya que muchos son beneficiosos para el árbol.

Ahora bien, ¿qué hacemos para controlar que no haya plagas?

Para combatir el ataque de algunos insectos perjudiciales para la cosecha, como la mosca de la oliva (Bactrocera oleae) y la polilla del olivo (Prays oleae), realizamos un proceso de captura natural.

¿En qué consiste?

Consiste en la instalación de unas trampas que desprenden feromonas específicas para atraer a los insectos depredadores y capturarlos. Además, acostumbran a estar pintados con una franja amarilla o, como los nuestros, completamente amarillos para potenciar el efecto atrayente.

En función del número de ejemplares que recogemos (si hay alguno), hacemos un seguimiento de la evolución de las capturas por hectáreas y determinamos si hemos de tratar los campos.

Es importante hacer un seguimiento durante el tiempo en el que el hueso de la oliva se está endureciendo para evitar que la mosca pique el fruto y deposite los huevos.

La cultura que nos define

Estos son solo algunos de los factores naturales que intervienen en la producción de nuestro aceite de oliva virgen extra.

Por otro lado, es necesario destacar una producción controlada, el uso de riego preciso, la mecanización de la cosecha y la implantación de un proceso de extracción en frío.

De hecho, incluso la luna es esencial en el cultivo de la oliva.

¿Te gustaría saber más?

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